lunes, 7 de noviembre de 2011

la dama de manto negro

La dama de manto negro

Sentado en casa, sin saber q hacer,
esperando que alguien toque a la puerta,
a traer quizás, un poco de tiempo para nuestra vida,
vemos como las cosas pasan, y no hacemos nada
pensando que tenemos toda una vida para mejorarlas
y solamente nos damos cuenta que la arena corre muy rápido
cuando estamos a un segundo de que se termine.
Muerdo mi lengua hasta sangrar, estoy ardiendo
escucho los pasos de la dama de negro,
siento el crujir de sus dedos en mi hombro
buscando darme ese beso de despedida,

Y ya no hay mas, no hay nada más que hacer,
miro directo sus vacios y oscuros ojos,
ya no hay temor, solo hay comodidad,
me tiro sin pensarlo frente a sus negros mantos,
ya puedo ver, ya puedo imaginar,
la marcha de los muertos hacia el entierro,
puedo sentir, ya puedo escuchar,
las lagrimas cayendo sobre mi techo de madera
y mi sonrisa, completamente inmóvil,
se enlaza con el frio de mi cuerpo
y ahí se va, ahí se fue
otro mediocre artículo de este ganado humano.

Pensé muy mal, me equivocaba
busca enfrentarse contra un valiente que le de lucha
aunque tenga derrotas sabe que el triunfo es de ella.
Me mira fijo, puedo sentir su aliento
se da la vuelta y se retira sin su lucha deseada,
me dejo un poco mas de arena para mi reloj.
Ella no quiere a alguien q le bese los pies
está enojada, se va gritando
detesta completamente venir a buscar cobardes,
miro la arena que me dejo, y corre de mis manos,
mi tiempo se agota rápido y va a volver por mí.