jueves, 29 de septiembre de 2011

"Camino al despertar"

 “camino al despertar”

El Ángel de los sueños

  Como todo sueño, no se tiene una noción clara del momento en el que empieza, y este caso no es la excepción.
  La noche anterior había estado leyendo unos textos de Karl Marx, del libro llamado “el capital”, en donde explica el significado de lo que es una mercancía y sus precios y muchas otras cosas, tales afirmaciones no me habían quedado muy claras, y debido a mi agotamiento por la rutina, decidí irme a dormir. Después de una cantidad innumerables de sueños cortos sin sentido y completamente banales, tuve uno muy particular al resto.
 No tengo claro el momento en el que empezó, pero en algún momento me encontré con una persona, no recuerdo exactamente como ocurrió el encuentro, pero en cierto momento del sueño que es desde donde lo recuerdo, me encontraba caminando con una persona a mi lado. Íbamos  por la avenida comercial de San Fernando llamada Constitución, era un día cálido y estaba un tanto nublado, el cielo era de un color rosado y eso denotaba que se estaba poniendo el sol, entonces podemos suponer que eran aproximadamente entre las siete u ocho de la tarde. Todas esas situaciones eran un tanto extrañas debido al clima y la temperatura, ya que en esa época del año, nos encontrábamos en pleno invierno, y era prácticamente improbable que esté haciendo calor.
  Como mencioné antes, me encontraba con una persona a mi lado, esta persona era de sexo masculino, delgado, pelo castaño y corto, con un peinado común entre las personas comunes, tenia ojos marrones, y su color de piel era blanco y bastante pálido, eso hacía que se le marcaran mucho las ojeras que tenia debajo de los ojos, su manera de caminar era lenta y marcada, y la postura de su espalda era un tanto curva casi jorobada, aparentaba tener aproximadamente unos 20 años.
  Estaba vestido con una remera azul con un auto plateado en el pecho, unos pantalones de jean azul, zapatillas de lona negra y llevaba un buzo negro atado en los hombros.
  Su manera de hablar, era muy tranquila y pausada, resultaba ser muy agradable escucharlo, y su tono de voz era bastante grave y un tanto ronca, pareciera la voz de una persona que fuma en grandes cantidades.
  En este camino que íbamos recorriendo me empezó a hablar, y me pareció extraño escuchar que las cosas que me estaba diciendo, eran cosas coherentes, de un tema puntual, lógicamente racional, situaciones muy poco normales en un sueño normal.
  Esta persona me pregunta:
-¿Qué es lo que no entendiste de “el capital”?
  En ese momento, una cantidad de pensamientos brotaron de mi cabeza, la situación, la persona y la charla, no eran cosas normales, debido a que vino a mi memoria, que hacia unas horas había estado leyendo eso y me había ido a dormir. Pero eso no evito que le contestase su pregunta.
- Emm, no me quedo muy claro el porqué del costo de una mercancía. – respondí.
- Es simple, - respondió tocándose el mentón-. Suponte que vos sos un fabricante de sillones, es decir, sos un capitalista, vos tenés el dinero para realizar ese sillón, pero hay algo que te falta, que es la fuerza de trabajo, en ese momento es en donde te encontrás con la persona que está vendiendo su fuerza de trabajo, entonces, vos le ofreces tu capital para que el realice tu sillón a través de su fuerza de trabajo. Entonces ¿qué pasa?, ya accediste a la fuerza de trabajo, es decir, la persona a la cual le vas a pagar cierto precio por fabricar el sillón que vos seguidamente vas a vender, pero te está faltando otra cosa, que es el material.
  El material tiene un costo, como también lo tiene la fuerza de trabajo, entonces la suma de esos dos costos, mas el costo que conlleva la amortización de la maquinaria y las instalaciones, te da el costo del sillón que vos vas a vender.
  Ahora surge una pregunta ¿Cómo calculo el precio de la fuerza de trabajo?, el costo de la fuerza de trabajo, es directamente proporcional, al costo de vida social, es decir, vos le pagas a la persona que te ofreció su fuerza de trabajo, lo que te saldría mantener a esa persona viva, con esto quiere decir, que le das el costo de lo que le saldría vivir, eso forma parte de todo lo que es la comida, la ropa, los impuestos, etc. Etc. En fin todo lo que esa persona tiene que pagar para vivir.
- Ah, ya entiendo.
  En ese momento paso algo muy extraño que detono en algo más extraño, llegando a la plaza central de San Fernando en una de las esquinas se encuentra un bar, pero en este caso no había tal bar, sino que había un negocio muy conocido de comidas rápidas, esto me pareció un tanto anormal, y seguidamente recordé que antes había pensado que hacia unas horas atrás estaba leyendo, y que el clima no era normal, y que no recordaba cómo había llegado a ese momento, en esa situación, y con esa persona.
  Entonces llegue a la conclusión, de que todo eso que está pasando no era real, y que seguramente estaba soñando, entonces surgió la siguiente pregunta ¿esto es un sueño?, y sin dudarlo se lo pregunte.
- Acá hay algo extraño, ¿esto es un sueño?-le pregunté.
- Sí, y ya te estás por despertar – me respondió mirando un reloj que llevaba en su muñeca-. En este momento estas transitando el camino al despertar, pero antes que pase eso te voy a invitar a tomar un café.
  Entramos en el local de comidas rápidas, pero automáticamente ese lugar se transformo por dentro en lo que es el bar que está en ese sitio, nos sentamos en una mesa, llamo al mozo, y le pidió dos café, y siguió hablando.
- Entonces, una vez que tenés el costo de tu sillón lo tenés que vender, entonces a ese sillón vos le pones un valor de cambio, y a la vez el sillón tiene un valor de uso, pero a vos no te interesa el valor de uso, porque vos lo querés vender, no lo querés usar, entonces es cuando aparece la persona a la que le interesa el valor de uso de ese sillón y te ofrece a vos el valor de cambio que vos pusiste, entonces esta persona te dice, yo quiero el valor de uso de este sillón, y vos se lo vendes a tanto valor de cambio.
  En ese momento hizo una pausa, miro su reloj, y no siguió hablando, tomo un sorbo de su café, miro nuevamente el reloj, se toco la frente y me dijo:
- Bueno, ya es hora de que me vaya, espero que hayas entendido todo lo que te expliqué, y no te quede duda alguna, como las que te quedaron en tu otro mundo – Se puso su campera en el hombro y me dijo -. Bueno me tengo que ir, y vos te tenés que despertar.
  En ese momento sentí una especie de humedad tibia intermitente en la cara, cerré los ojos y los volví a abrir, y ya no me encontraba en aquel bar con aquella persona, estaba en mi cama y mi perro me estaba lambiendo la cara, ahí me di cuenta que me había despertado y termine de confirmar que todo eso que había vivido había sido un sueño, miro el reloj y eran las nueve de la mañana, la hora en la que mi perro siempre me viene a despertar.
  Me levante un poco confuso, agarre mi cuaderno y relate todo mi sueño para no olvidar ningún detalle, luego agarre lo que había estado leyendo la noche anterior, y lo releí, y efectivamente todo lo que me había contado esta persona era cierto, y termine de comprender lo que no había comprendido en el momento en el que lo leí.

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